Y la verdad es que estamos muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy felices, llegó mugroso, apestoso, bien madreado y lleno de cardos -creo así se les dice a las chingaderitas que se les pegan en el pelo provenientes de las yerbas crecidas, y que en el caso de owen no se les quitan con nada, ¡ah! también creo son llamados cadillos-, pero entero y la felicidad reina en nuestro hogar. Se siente de la madre saber que extraviaste a alguien que quieres mucho -aún siendo un pinche perro-, por lo que no podíamos creer que lo teníamos de regreso en casa, la sensación fue extraordinaria, nos hizo el día la verdad. Ahora anda chorrillento y medio cojo -perro cabrón, por andar de caliente- pero no creo que pase de tenerlo en observación un par de días y volverá a la normalidad, si no, pues visita obligada a la veterinaria, pero eso vale madres...
lunes, 1 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Abrázalo y después dale su madriza por irse,
Es día 11, ¿ya no se ha escapado el perro para irse a echar un fajecín por ahí?
Publicar un comentario